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La psicología jurídica en Costa Rica ha evolucionado significativamente durante más de siete décadas. Sus inicios se remontan a las décadas de 1940 y 1950, cuando el sistema penitenciario comenzó a reconocer la importancia de la comprensión psicológica en el tratamiento de reclusos. El Dr. Alfonso Acosta Guzmán fue pionero en introducir conceptos psicológicos en el análisis del comportamiento criminal. Un hito importante fue la creación del Instituto de Criminología en 1963, que marcó el inicio de un enfoque más científico en el estudio del crimen y la rehabilitación. Sin embargo, el verdadero catalizador fue la fundación de la Escuela de Psicología en la Universidad de Costa Rica (UCR) en 1970, bajo el liderazgo del Dr. Gonzalo Adis Castro.
En 1977, el Poder Judicial creó la Oficina de Psicología, marcando la presencia formal de psicólogos en el sistema judicial. Los años 80 vieron un crecimiento en el interés por la psicología jurídica, con la introducción de cursos universitarios y la formación de equipos interdisciplinarios en el Poder Judicial. La década de 1990 marcó la institucionalización de la disciplina. Se creó el Departamento de Medicina Legal del Poder Judicial, que incluía una sección de psicología forense. Se establecieron protocolos estandarizados para evaluaciones psicológicas forenses y se creó la Comisión de Psicología Jurídica y Forense en el Colegio Profesional de Psicólogos.
El nuevo milenio trajo avances significativos, incluyendo la primera Maestría en Psicología Forense, la implementación de Cámaras de Gesell para entrevistas forenses, y un aumento en la contratación de psicólogos en el sistema judicial. La pandemia de COVID-19 en 2020 impulsó la adaptación a evaluaciones virtuales. En 2021, la UCR lanzó el primer Doctorado en Psicología con énfasis en Psicología Jurídica y Forense en Centroamérica. Actualmente, la disciplina enfrenta nuevos desafíos como la ciberdelincuencia y la aplicación de neurociencias en contextos legales. La colaboración entre universidades y el Poder Judicial sigue siendo fundamental para el desarrollo de la psicología jurídica en Costa Rica, que se perfila como una disciplina clave en la búsqueda de justicia y bienestar social en el país.